domingo, 21 de noviembre de 2010

La memoria de los feriados

El uso del término proyecto como sustantivo propio y sinónimo del gobierno nacional puede generar un poco rechazo incluso entre personas simpatizantes con el kirchnerismo. Pero es también una de las palabras que mejor condensan en su significado lo que está sucediendo y se está llevando a cabo desde el Estado argentino.

El kirchnerismo puede generar todo, menos indiferencia. Y es por eso que en cualquier lugar que nos situemos del abanico de la opinión pública- desde el militante más enamorado de la causa, hasta el opositor más acérrimo- existe un consenso acerca de que el gobierno nacional actúa, ejecuta y administra con un planeamiento a largo plazo. Cuando se discute sobre los fines, medios e intenciones, la unanimidad ya se pierde y comienzan a dividirse las aguas.

El kirchnerismo desde su llegada al gobierno y la política nacional, comenzó a implementar políticas de Estado que progresivamente van incrementando su incidencia y repercusión en el mediano plazo. El último proyecto que se había pensado e implementado en la Argentina,  tuvo como padre fundador a José Alfredo Martínez de Hoz en la última dictadura militar, y a Cavallo como un cine en continuado durante la década del ´90, hasta coronar el gobierno de De la Rúa. Aquella última vez, no se trataba de encarnar el Estado y administrar sus múltiples incidencias sobre la ciudadanía, sino de reducirlo y desregularlo, borrando cada vez más su presencia positiva en la sociedad. Sinónimo de ineficiencia y burocracia mal entendida, se instalaba la idea cada vez más presente de que el Estado era un lastre denso con el que inevitablemente teníamos que lidiar.  

El proyecto actual, en cambio, muestra en sus políticas y medidas cómo el Estado busca intervenir y estar presente en la vida de la ciudadanía y su cotidianeidad. Y el calendario de feriados es una buena expresión de esto.

Al margen de los beneficios económicos generados por el turismo interno que se produce en esos días, la consagración de un acontecimiento como día feriado implica toda una intervención sobre la cultura y la sociedad. Puede pensarse a los feriados como la memoria de los países, el relato que cada uno construye sobre sí mismo. El nombre con que el desde el Estado se conmemora la fecha del último golpe militar, es símbolo de esto: Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia.

En la incorporación del nuevo feriado que celebra la batalla de Vuelta de Obligado puede verse como el Estado interviene de al menos dos formas sobre la sociedad, desde la historia que se elige recordar, hasta la economía que se busca incentivar.